Nuestro escritor Andrés Mora define la dirección de su columna sobre modelismo.
Hacia dónde vamos – Notas desde el Garage
Cuando en el año 1994 ingresé al modelismo estático, producto de un reposo obligado por un accidente en Parapente, me dedicaba exclusivamente a armar y pintar aviones y helicópteros, mas reconozco que sentía atracción por la categoría figuras, observaba a viejos y experimentados figuristas hablar de óleos y fundidos, algo que a mis ojos lucía como una especie de ciencia “alquimista y milenaria”, usaban nobles materiales como pinturas al óleo, trementinas y pinceles de pelo de marta, pintando bajo principios artísticos como luces, sombras y transiciones entre colores, muy lejos del plástico, lija, pega y mucho aerógrafo que para la época era mi afición. Reconozco que de manera secreta fui comprando pequeñas cajas de figuras marca “Dragon” de plástico en escala 1/35 con la meta de que algún día me atrevería a incursionar en estas lides.
Siempre he mantenido que absolutamente cualquier persona con ojos, manos, herramientas y los adecuados materiales puede lograr niveles similares a los vistos en figuras de exposiciones y competencias, solo basta tener dedicación, práctica y, sobre todo, paciencia, me considero una prueba viviente de ello, cuando pequeño no podía tocar nada delicado sin que cayera o quedara hecha pedazos, psicólogos y terapeutas infantiles diagnosticaron lo que para hoy seria trastorno en la motricidad fina. Con la práctica todo eso fue superado y pude lograr, sin tomar en cuenta apreciaciones externas, lo que de manera particular me propuse como un estándar de calidad propio en mis figuras y modelos. Aparte, obviamente, de convertirme en mi juez más implacable. En resumen, y sin parecer vendedor de cursos de metafísica…todo se puede lograr (esa es mi filosofía).
¡A las Minis! Vamos a aclarar algo importante y sin herir susceptibilidades, una mini es una pieza de un juego, personajes, Dragones, vehículos, ambientación, etc, todo es parte de un juego, que incluye armar, pintar, jugar y, obviamente, el “fast paint” o pintado rápido como vía expresa para pronto tener las piezas listas; un fondeado, pintado, aguadas, pincel seco, dos piedritas y un arbusto y ¡listo! Aquí es donde nos diferenciamos, en la época medieval plebeyos y realeza jugaban Ajedrez, la diferencia era que unas piezas eran de madera burdamente tallada y otras eran de marfil o piedra, mi intención, sin menospreciar a la madera, es que cada jugador pueda ostentar piezas de marfil esculpidas por su propia mano. Escoger de entre muchas piezas algunas en particular y proyectarlas como piezas únicas, con un enorme potencial a los ojos propios, de jueces y espectadores, pintada con dedicación y esmero, presentada, aun en su peana de juego o no y de manera atractiva, éste es el “leitmotiv” de todo esto.
Otra cosa, no podemos pretender absolutamente nada fuera del contexto cuando nos mantenemos en el, y repito la clave de obtener lo que queremos en nuestras piezas es dedicación, práctica y paciencia, para el conocimiento, ya contamos con las Notas desde el Garage.
Próximo tema. Materiales y ensamblaje de las piezas.